viernes, 17 de agosto de 2012

Nuestros Nuevos Alumnos

Año con año, esperamos ansiosos y nerviosos por supuesto, la llegada de un nuevo ciclo, existe gran espectativa no solo en los chic@s, si no tambien entre los docentes.
Hace unos días, charlando con una compañera de la zona, comentabamos acerca de como han ido cambiando las generaciones de los niñ@s -y de las cuales hemos formado parte-, que recibimos en las aulas.

Todos estos cambios que a nivel sociedad hemos tenido, nos han orillado a cambiar drasticamente nuestras formas de vida, las familias y por supuesto la educación de los niños.

Recuerdo mis años mozos, en donde a los chicos les bastaba un abrazo para consolarlos, las mamás se retiraban a casa -no sin el corazón partido-, pero con la seguridad de que su hijo estaría bien.

Para los niños eras algo asi como super-girl, depositaban en uno la confianza, y les bastaba tomar tu mano y la de los compañeros para salir al mundo.

Hoy día es muy diferente. Desde el primer día de clases es evidente quien manda.

Tenemos filas de niñ@s en el berrinche total, amenazando a la mamá y pateando y rasguñando a todo aquello que camine, se arrastre, corra o vuela. La mamá por otra parte, esta esperando haber que rayos haces con su angelito en cuestión, y cuidando que - desde su punto de vista-, no lo vayamos a maltratar a jalar o que nuestra espinilla le haga daño a su zapato en el momento que se encuentren en tremenda patada que nos meten.

Están mamás desde luego que nos apoyan en este sentido y que reconocen cuando el pequeño esta recurriendo al chantaje, y otras en cambio, les basto estar presentes en Honores a la Bandera, despedirse de él, que se tirará en un grito, para que al día siguiente fuera a pedir la baja del niño, bajo el argumento " Es que no quiere venir a la escuela, y como esta chiquito...".

Es muy triste ver cada día a los niños desde edades tempranas, siendo groseros, dependientes, malcriados e incluso mentirosos, pero es más triste ver a padres, sin autoridad, sin conciencia, y en mi opinión con tan poco amor a sus hijos para hacerles eso.

Nuestros chicos (de segundo) necesitan ayuda hasta para colocar su agua en su sitio, ya no hablemos de ir al baño o asearse solos, y tienen 4 años!!, en la actualidad, hasta miedo nos da acompañarlos al baño, y esto no es gratis, y no crean que paso en los otros planetas que visitan los asesores, no!, paso con un compañero muy querido por algunas de nosotras y a quien una "mentirita" le costo año y medio de prisión.
Pero entonces, ¿Qué estamos haciendo mal?, en un correo que me enviaron, decia justamente que aplicamos la frase "No quiero que mi hijo padezca lo que yo", nos hemos dedicado a hacer la vida más fácil de ellos, haciendoles tooodooo.

La maestra con la que charlaba, me comentaba de un libro que habla al respecto, "Padres obedientes, hijos tiranos", de la editorial trillas, cito:
"Los valores de la familia se han transformado drásticamente durante las últimas décadas. Ello ha propiciado la evolución del rol paterno desde unos padres exigentes a otros excesivamente permisivos. Una “generación de padres obedientes”, cuya prole se ha denominado generación de “hijos tiranos” y que se caracteriza por la intolerancia, la apatía, el egocentrismo y por regirse por la “ley del mínimo esfuerzo”, sin aceptar imposiciones de ningún tipo. Las familias han ido reduciendo su número de miembros de forma paulatina y este hecho tiene inconvenientes, pues el niño de las familias pequeñas suele ser individualista y tiende hacia el aislamiento y el hedonismo. Los padres se preocupan por satisfacer cualquier capricho de sus hijos, y, por tanto, se convierten en padres obedientes”. Estos “padres obedientes” no imponen reglas por temor a que aquellos “sufran” y se frustren”, sin valorar las consecuencias que esto puede tener en la formación de los niños. Los “hijos tiranos” son insensibles, egoístas, caprichosos y violentos. Además, presentan un elevado grado de autoestima que no es fruto directo de su esfuerzo personal, sino del excesivo apoyo paterno. El miedo de los padres a que el hijo experimente algún fracaso les impide considerar que se aprende más del error y del fracaso que de los aciertos. Este libro resulta de gran ayuda para padres y educadores, ya que ofrece numerosos consejos útiles que contribuirán a fortalecer la seguridad y la confianza de los niños. Con ello se pretende crear una generación de padres más sabios e hijos más humanos y, en consecuencia, mejorar las relaciones familiares."
Echemosle un vistazo, quien quita nos ayuda a compartir esta tarea titanica con los padres de familia, haciendolos parte de nuestro equipo de trabajo, recordemos que es preferible ser duro con los hijos, a que la vida sea dura para ellos, finalmente educamos para la vida


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